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En el intestino humano coexisten 100 billones de bacterias de 400-1000 especies distintas (pueden llegar hasta pesar 2kg.) y el 95% viven en el intestino, especialmente en el colon.

Eubiosis y disbiosis

Se denomina eubiosis cuando nuestra microbiota está en equilibrio, es decir, cuando nos podemos beneficiar de sus efectos sobre la salud a nivel metabólico, inmunitario, neuronal y de barrera protectora. Un buen equilibrio intestinal es sinónimo de brindar una buena salud.

Disbiosis intestinal

La disbiosis intestinal es un desequilibrio cualitativo y/o cuantitativo de la microbiota intestinal. 

Un cambio en la concentración de estas distintas bacterias intestinales podrían contribuir al desarrollo o empeoramiento de muchos trastornos o enfermedades crónicas y degenerativas; desde la hinchazón abdominal y el estreñimiento crónico hasta la enfermedad inflamatoria intestinal (síndrome de intestino irritable, Crohn y colitis ulcerosa) e incluso migrañas y enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.

Existen 3 tipos de disbiosis

1-Disbiosis intestinal por una mayor presencia de bacterias patógena más que en bacterias beneficiosas.

2-Disbiosis intestinal por pérdida de microorganismos beneficiosos. 

3-Disbiosis intestinal por pérdida de diversidad microbiana. Esto quiere decir que, hay poca variedad entre bacterias buenas y malas.

Síntomas de la disbiosis

Los síntomas de la disbiosis son múltiples, comenzaré por el más frecuente y llamativo, que tal vez sea el que permite identificar antes un problema digestivo.

Hinchazón de vientre

El síntoma más característico de la disbiosis intestinal es la hinchazón del vientre. Es una hinchazón que aumenta a lo largo del día. La acumulación de gases hace que al final del día la barriga se vea como la de una embarazada.

Durante la noche estos gases se reabsorben, y por la mañana el vientre está completamente plano, para volver a hincharse a medida que se va comiendo a lo largo del día.

Otros síntomas digestivos

Otros síntomas digestivos que nos pueden hacer sospechar de sufrir disbiosis intestinal pueden ser: 

  • estreñimiento o diarrea
  • digestión lenta o pesada
  • sensación de que ciertos alimentos sientan mal
  • tendencia a alergias alimentarias
  • distensión abdominal
  • dolor abdominal
  • vómitos
  • acidez, ardor y reflujo
  • episodios agudos de diarrea
  • gases

Síntomas extradigestivos

Nuestro cuerpo puede experimentar síntomas no relacionados con el intestino como:

  • Dolor de cabeza, migrañas
  • Náuseas
  • Pérdida de memoria
  • Estados de ánimo bajos
  • Cansancio
  • Ansiedad
  • Debilidad
  • Dolor articular, lumbar o muscular
  • Problemas en la piel: rosácea, eczemas, acné, picores, prurito
  • Cistitis
  • Sobrepeso
  • Pérdida de peso
  • Trastornos genitales y de la menstruación

Factores que pueden provocar este desequilibrio intestinal

Entre los factores que han demostrado producir y favorecer el mantenimiento de ese desequilibrio son:

  • Inadecuada alimentación
  • Dietas pobres en fibra
  • Estrés emocional
  • Estrés físico
  • Enfermedad celíaca
  • Un cambio en el pH intestinal
  • Uso de antibióticos y ansiolíticos

Todos estos factores mencionados pueden eliminar la microbiota intestinal fisiológica y provocar la alteración o el desequilibrio de nuestros microorganismos, desorganizando en resumen nuestra microbiota intestinal. 

Causas principales de la disbiosis intestinal

La disbiosis es multifactorial, aunque algunos factores pueden influir más que otros. Por ejemplo:

  1. La disminución en la secreción de ácido gástrico (hipoclorhidria).
  2. La disminución del complejo migratorio motor (CMM). 
  3. El consumo frecuente de fármacos como antiácidos, protectores del estómago (IBP), antibióticos, hormonas, entre otros.
  4. Infecciones gastrointestinales como gastroenteritis aguda o infección por helicobacter pylori.
  5. Hábitos de vida poco saludables como beber alcohol con frecuencia y fumar.
  6. Vivir en un ambiente contaminado.
  7. Padecer de mucho estrés.
  8. Tener obesidad o sobrepeso.
  9. Sufrir trastornos hormonales como hipotiroidismo o diabetes.

Patologías relacionadas con la disbiosis

Relación entre disbiosis y síndrome del intestino permeable (hiperpermeabilidad intestinal)

El síndrome de intestino permeable es consecuencia de la disbiosis y responsable de los síntomas extradigestivos. Lo que sucede es que algunas moléculas muy grandes como proteínas, toxinas o gluten, se cuelan por los agujeros del intestino y llegan a la sangre. Esto obliga al sistema inmunitario a atacar, produciendo reacciones en otras partes del cuerpo, como: cefaleas, migrañas, inflamación articular, eczemas, acné, alergias alimentarias…

Relación entre disbiosis y enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) como el Crohn y la colitis ulcerosa están asociadas con una disbiosis intestinal. La microbiota intestinal parece tener un papel claro en la patogenia de estas mismas.

En modelos experimentales se ha confirmado que la disbiosis intestinal contribuye en la patogenia de la EII, aumentando la respuesta inmune proinflamatoria del huésped. 

En el caso del síndrome del intestino irritable, los pacientes comienzan por una disbiosis hasta que les lleva a una microinflamación intestinal que es a lo que corresponde al SII o lo que es lo mismo, el colon irritable. Estos pacientes, antes de ser diagnosticados por dicha patología gastrointestinal, vienen ya, durante mucho tiempo atrás, acompañando de muchos de los síntomas que hemos mencionado anteriormente. La mayoría de estos pacientes, llevan presenciado estos síntomas, por más de 6 meses e incluso, toda la vida.

Diagnóstico y tratamiento integrativo de la disbiosis

Prueba diagnóstica: Test de microbiota intestinal

Mediante una muestra de heces se identifican todos los microorganismos que viven en el intestino. Pudiendo identificar los tres tipos de disbiosis intestinales que existen (los que he mencionado anteriormente).

Tratamiento

Una disbiosis se regula eliminando los estresores a nivel: nutricional, físico y emocional.

Es importante “reparar” el interior del tubo digestivo para que existan las mejores condiciones para normalizar la permeabilidad intestinal, motilidad, metabolismo y otras funciones del intestino.

Aléjate de la contaminación y los estresores

La alimentación no es suficiente como tratamiento de la disbiosis intestinal, es necesario evitar el estrés y la contaminación presente en las ciudades. Además del alcohol y el tabaco, son altamente tóxicos para tu organismo.

Dieta

El tratamiento de la disbiosis intestinal se basa en una alimentación equilibrada.

Consumir probióticos y prebióticos

Una vía natural para conseguir el equilibrio reside en la administración de probióticos y prebióticos. Ayudan a tratar la raíz del problema y también sus consecuencias.

Es necesario regenerar la mucosa intestinal y reparar para restablecer el equilibrio de la microbiota.

  • Prebióticos: cebolla, plátano, espárragos, ajo, puerro, alcachofa, trigo integral, espinacas, remolacha…
  • Probióticos: Chucrut, kéfir, kimchi, vinagre de manzana, miso, té kombucha, yogur natural…

Una vez más la alimentación nos ayuda a vencer afecciones que pueden provocarnos problemas graves de salud.

Abundantes polifenoles

Los polifenoles como los frutos rojos (moras, frambuesas, fresas, arándanos…) son potentes antioxidantes que ayudan a vencer la superproducción de bacterias que provoca la disbiosis.

Más vitamina C y betacarotenos

Para regenerar las células intestinales y restaurar la función de absorción de los nutrientes por el intestino delgado, es importante consumir más alimentos ricos en vitamina C (limón, naranja, pomelo…) y en betacaroteno (zanahoria, calabaza, papaya…)

Bebe agua alcalina y sin cloro

El consumo de agua alcalina ayuda a equilibrar el pH intestinal, que tiende a ser ácido por la mala alimentación, el estrés y la exposición a toxinas ambientales.

¿Cuál es el tratamiento terapéutico e integrativo que uso con mis pacientes?

Método AMA (alimentación consciente, mente-cuerpo y autoconocimiento)

Voy a mostrarte el modo en que mi método integra todo lo anterior para ayudarte a regenerar y dar equilibrio a tu microbiota.

Comenzarás a experimentar resultados a las 2 semanas, efectos notables a las 4 y alcanzar una recuperación en 12 semanas. Siempre que lleves a término el tratamiento completo.

Este proceso sigue los siguientes pasos:

  1. Eliminación de los 5 venenos blancos.
  2. Eliminación de productos lácteos de origen animal vacuno.
  3. Realizar una dieta sin gluten.
  4. Practicar la combinación de los alimentos para evitar efectos como la fermentación y la putrefacción intestinal.
  5. Eliminar de la dieta aquellos alimentos que alteran el sistema nervioso simpático, S.N.S. Estos alimentos contienen: cafeína, purinas, grasas no saludables y metales pesados.
  6. Realizar limpiezas intestinales naturales.
  7. Realizar limpieza hepática natural.

Además, de manera transversal el tratamiento incluye:

  1. Fitoterapia
  2. Terapia psicosomática
  3. Recomendaciones de ejercicios físicos específicos.
  4. Ejercicios para la activación del Nervio Vago.
  5. Y de forma opcional una sesión de hipnosis con Laura González, experta en Hipnoterapia clínica.

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